Trabajadores que están fuera de la unión luchan por el sueño americano y terminan en una pesadilla americana.
«Vine aquí con el sueño de venir a este país porque es un gran país para tener una buena vida y un buen futuro para mis hijos», dice Efraín Guevara, un trabajador de la construcción , reflexionando sobre las oportunidades que buscó en los Estados Unidos. Pero, como él y muchos otros han descubierto, la realidad puede estar lejos del sueño. «Desafortunadamente, las cosas no son como uno piensa que podrían ser».
Este sentimiento es compartido por numerosos trabajadores de la industria de la construcción, particularmente aquellos que trabajan fuera de las protecciones de la union. Muchos trabajadores fuera de la unión son atraídos por la promesa de un trabajo estable, pero a menudo se encuentran atrapados en un ciclo de explotación. Jesús Jaime, otro trabajador que no es parte de la unión, explica: «No recibimos ningún beneficio, por nada. Solo conseguimos el dinero, el efectivo. Eso es todo lo que tenemos». E incluso ese pago en efectivo a menudo es inconsistente, lo que deja a los trabajadores luchando.
Los salarios en el sector no sindicalizado suelen estar muy por debajo del estándar de la industria y algunos trabajadores dicen que se les paga mucho menos de lo que deberían, si es que se les paga. Guevara compartió que su jefe les dice regularmente: «Estoy un poco corto de dinero en este momento. Les doy algo de dinero en efectivo hoy y les doy un cheque en dos días». Pero la realidad suele ser mucho más sombría, ya que algunos trabajadores afirman que no se les paga durante más de un mes. El miedo a perder el trabajo les obliga a guardar silencio: «A veces nos quedamos callados porque no queremos perder el trabajo».
Los impactos de estas condiciones de trabajo se extienden más allá de las personas en el lugar. Cuando las empresas optan por pagar a los trabajadores en efectivo por debajo de la mesa, evitan pagar impuestos, privando a las comunidades locales de una financiación crucial. Como señala David Ramírez, Carpintero de la Unión: «Hay mucho dinero que no se devuelve a donde debería. Así que las comunidades están siendo engañadas, y las personas a las que se les paga por hacerlo están siendo engañadas».
Estos informes ponen de relieve la necesidad urgente de reformas y protecciones en el sector de la construcción. Los trabajadores merecen salarios justos, equipos de seguridad adecuados y los beneficios que conlleva un empleo estable y regulado. Hasta que eso suceda, el sueño que trajo a tantos a este país seguirá sin cumplirse para demasiados.
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