El 30 de Marzo, un equipo de diez voluntarios del Local 1977 llegó a Hearts Alive Village armados no solo con martillos y clavos, sino también con un espíritu de determinación y el deseo de marcar una diferencia tangible. Su objetivo era mejorar las condiciones de vida de los residentes del refugio mediante la instalación de 26 puertas de perrera insonorizadas personalizadas y baldosas insonorizantes, creando así un entorno más cómodo y sereno para los residentes de cuatro patas y asegurando que reciban la atención que merecen.
Hearts Alive Village no es solo otro refugio de animales. Desde brindar atención veterinaria hasta facilitar iniciativas de adopción y ofrecer programas de rehabilitación, su compromiso con el bienestar de los animales no tiene límites. Fue esta dedicación inquebrantable la que atrajo la atención del Concejal Cherchio y de los Carpinteros de la Unión, encendiendo una chispa de camaradería y una misión compartida de retribuir por una buena causa.
Para Hearts Alive Village, el impacto de esta iniciativa se sentiría mucho más allá de los muros del refugio. Fue un testimonio del poder de la comunidad y del efecto dominó de la bondad. Al mejorar la calidad de vida de sus residentes, el refugio pudo continuar su trabajo vital con renovado vigor, sabiendo que contaban con el apoyo de los miembros de su comunidad inmediata.